Me llamó muy temprano una de mis asiduas lectoras y me dijo: «mira ve, explícame biem ese bullicuscús de la JEP. Clarito, sin tantas perindongas».
Lo primero que hay que decir es: La Justicia Especial para la Paz tiene rango constitucional y debe ser respetada durante 12 años. Es decir 3 presidentes.
Está funcionando desde el 15 de enero del 2018. Por falta de ley estatutaria, ella misma se expidió su reglamento de funcionamiento. Lo que busca la ley objetada parcialmente por Duque, es darle un reglamento. Si no se da esa norma de funcionamiento sigue operando con el que ella se autodictó.
La Corte Constitucional le dio visto bueno a la ley vetada por Duque, por ser políticamente inconveniente. La JEP podría adoptar ese texto como su reglamento y sería constitucional.
El gobierno anuncia una reforma constitucional para que, hacia el futuro, no se permitan, en otros procesos de paz, algunas cosas que se pactaron en el de las FARC.
Como quien dice, a las FARC las cobija lo establecido en el acuerdo, por más que se cambie la constitución. Se aplicaría hacia adelante, para procesos eventuales con el ELN, por ejemplo.
Más claro, Duque está sentando un precedente conforme lo dicho por su partido el Uribismo, en el sentido de que tiene que, forzosamente, respetar el pacto de paz, pero hacia adelante no se podrá hacer algo igual; Es más una constancia histórica, porque a la JEP le conviene más seguir como está, que con una camisa de fuerza que le imponía la ley vetada.
Es importante recordar que se trata de una justicia restaurativa, no punitiva. Busca establecer la verdad, resarcir a las víctimas y la no reincidencia. Este tipo de justicia solo se aplica transitoriamente cuando hay procesos de paz, y solo involucra a los de las FARC y a los militares que hayan cometido delitos en la guerra.
La justicia ordinaria sigue funcionando igual, esa es la que se le debe aplicar a todos los ciudadanos; actualmente es el nido más grande de corrupción.
En cifras, la JEP podrá juzgar unas 12.000 o 13.000 personas. La justicia ordinaria tiene más de 12 millones de procesos. Le estamos parando más bolas a JEP, que a la justicia ordinaria.
Conclusión: Con veto o sin veto del presidente, la JEP sigue funcionando y el acuerdo de paz es inmodificable hacia atrás.
¡¡Mucho, tilín y pocas paletas, oíste ve!!
Ñapa: Guaidó y la JEP nos distraerán un rato y no hablaremos del aumento de la violencia, el aumento del desempleo, el aumento de los impuestos y la baja de las exportaciones.
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