En Cali, al menos 12 intersecciones semafóricas han sido blanco de actos vandálicos en lo que va del año. Solo en la última semana, cinco de estos puntos fueron afectados, según confirmó la Secretaría de Movilidad Distrital. La situación no solo representa un problema técnico: es una amenaza directa para quienes transitan por estas vías.
Los daños van desde el robo de controladores —los dispositivos que regulan los tiempos de los semáforos— hasta la sustracción del cableado eléctrico y la destrucción de las cajas de paso, utilizadas para acceder a los sistemas internos. Todo esto deja fuera de servicio los semáforos y, con ellos, cualquier garantía mínima de orden en las intersecciones.
“Un semáforo vandalizado es menos seguridad para peatones, motociclistas y conductores”, dijo Gustavo Orozco, secretario de Movilidad. Aunque el funcionario aseguró que los equipos técnicos están trabajando en la reparación de los sistemas, reconoció que los costos son altos y los tiempos de respuesta, lentos. Mientras tanto, la ciudad sigue expuesta a más siniestros viales.
Los puntos más críticos están distribuidos por toda la ciudad: desde la Calle 5 con Carrera 6, en el centro, hasta la Calle 103 con Carrera 28D, al sur. La Secretaría informó que trabaja junto a la Policía Metropolitana en las investigaciones para dar con los responsables, pero también llamó a la ciudadanía a reportar cualquier comportamiento sospechoso a la línea 123.
Detrás de cada semáforo apagado, hay una historia de peligro latente. Y mientras no se frene esta ola de sabotajes, el riesgo lo asume cada caleño que sale a la calle.