Parece que con la decisión de la Corte Constitucional de mantener vigente la ley que establece que quienes tengan sanciones fiscales de la Contraloría no pueden ocupar cargos públicos hasta que las paguen, por fin, el «intocable» Petro va a tener que cumplir una sanción.
Ya era hora que dejara de eludir las sanciones. Se ha burlado de las de la Procuraduría y pretendía pasarse por la faja las de la Contraloría. Pudo posesionarse de Senador, porque tiene suspendida, provisionalmente, una sanción fiscal. Pretendía que la Corte declarara inconstitucional esa norma y le salió el tiro por la culata.
Ya sabemos que buscará respaldo de sus amigos en la Corte Interamericana, pero, esta vez ya hay un fallo de constitucionalidad, en el cual se aclara que, si bien la Contraloría no es un ente judicial, las inhabilidades políticas que acarrean sus sanciones deben ser cumplidas antes de tomar posesión de cualquier cargo público.
Me imagino que se convocarán manifestaciones en las cuales se pida tumbar a los magistrados de la Corte Constitucional y se le permita no cumplir con la ley. Se trata del único ciudadano al que no se le pueden aplicar las leyes porque tiene muchos votos.
Van a decir que es persecución del establecimiento. Paradójico, pues han sido los sectores llamados de avanzada quienes más han ponderado a la Corte Constitucional.
No sé cómo la van a descalificar por estar preservando las leyes, simplemente porque perjudica a un líder político.
Amanecerá y veremos. Lo importante es que se abre la esperanza de que se acaben los intocables.
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